El tiempo pasa para todos. Incluso para tus preciosas zapatillas. De ahí que su otrora suela blanca, nívea como la nieve, se muestra ahora llena de suciedad. Es normal: las suelas blancas van perdiendo dicha blancura conforme se exponen a los residuos del suelo y a los rayos del sol. Y lavarlas en la lavadora es una opción puntual, no una estrategia que puedas seguir muy a menudo si quieres que el tejido textil no sufra más de la cuenta. No obstante, no todo está perdido porque hay trucos con los que puedes blanquear la suela de las zapatillas.